Rocky 4ever

Era 1986. Papá llegó del trabajo con una idea "mostra": ir al cine solos él y yo. Seguramente habría recibido buenos comentarios en su trabajo, acerca de la película más vista por aquellos días en las salas limeñas; se trataba de la cuarta entrega de la franquicia "Rocky". Yo tenía doce años, y la verdad es que no me llamaba la atención este tipo de filmes —es más, no había visto ninguna de las anteriores—; pero ir con mi padre al cine era como un sueño hecho realidad, así que fuimos.

La película se dejaba entender, a pesar de que yo no conocía los antecedentes de los personajes de la historia; y no era una trama compleja en lo absoluto: el gran amigo de Rocky —también boxeador— muere en el ring cuando se enfrenta al ruso Drago; éste reta a Rocky a pelear en Moscú; a pesar de que su familia no está de acuerdo, Rocky acepta el reto, y deberá reponerse ante todo y prepararse para una pelea que podría llevarle también a la muerte; finalmente, Rocky lo vence en el último round.
Salí del cine Diamante maravillado con la película; de verdad que me gustó mucho; si me cruzaba con alguno de esos compañeros molestosos del colegio, de seguro lo agarraba a golpes. En serio, la forma como Sylvester Stallone narra la historia, la música que la acompaña, y toda la determinación y la energía física que se muestra en el filme, hacían sentirme capaz de cualquier cosa... una película 100% inspiradora.

Es curioso que de todas las películas que fui a ver con papá durante mi niñez y adolescencia, hoy solo recuerde dos de ellas; una es "Rocky IV" (*).

Treinta años después...

2015. La cadena Cinemark anunciaba una programación de reestrenos de películas clásicas, y justo para el pasado miércoles se proyectaría "Rocky", la primera de la saga. Me pareció una bonita oportunidad para agradecerle a mi padre por ese "bichito" de afición al cine que me sembró en la niñez, y de paso hacer que mi hijo —de doce años de edad— viva también su propia experiencia "Rocky". Así que fuimos los tres.
Desde las primeras notas de la banda sonora acompañando el título "Rocky" atravesando el ecran, ya sentíamos la emoción de estar ante una verdadera obra de arte del cine moderno; ganadora de tres premios Oscar (Mejor Película, Mejor Director, Mejor Edición) de los 10 para los que fue nominada —entre estos, Mejor Canción Original—; y catalogado como uno de los filmes más inspiradores de todos los tiempos. La banda sonora, compuesta y dirigida por el gran Bill Conti estuvo espectacular —sin el soundtrack, "Rocky" no sería lo que es—.

Fue una experiencia emocionante haber podido compartir esas dos horas, aquella noche con mi padre y mi hijo; los tres salimos extasiados de la la sala de Cinemark. Definitivamente, es uno de esos momentos que atesoraré por siempre en mi corazón.
Y sobre el filme, como sucede con las grandes obras del séptimo arte, pues estoy convencido que su legado va más allá de ser simplemente una buena película... "Creo que lo que 'Rocky' hizo fue darle esperanza a la gente", dijo el director John G. Avildsen en su discurso al ganar el Oscar, "y no hay mejor sensación que haber logrado algo así."


(*) ... la otra es "Star Wars: El Regreso del Jedi" (1984).

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